La timidez es un escudo: te protege, sí, pero también te detiene. Escúchame: si hay algo que deseas hacer, pregúntame. No diré "¡no!". ¿Cómo podría? Tu timidez me fascina, pero también te impide vivir experiencias que te encantarían.
Así que, si hay algo que quieras intentar, dímelo. No me negaré. Por ejemplo: soportar los 48 °C del verano dentro de casa, escribir versos horribles a tu ex con dientes de conejo, lanzar petardos por la ventana del baño del Stallions, cantar una canción a los transeúntes, robar en la librería, llevarte a un lugar donde sólo haya gente joven, conducir toda la noche y no llevarte de vuelta a tu casa.
Quiero que me lo preguntes porque, si no es amor, que sea la bomba lo que nos una.
Tu naturaleza es un idioma. ¿Sabes leerla?